El logo

El logo de Scilla Meccanica

El objetivo era, más bien es, dar un alojamiento a lo ya hecho para contribuir al hacer. Y la curiosidad de quien investiga es, por otra parte, sólo en apariencia un fin en sí mismo. Es sólo la otra mitad de la curiosidad profesional, más aún, de la ansiedad de producir innovación, característica de quien trabaja. De hecho, quien trabaja espera de los estudiosos precisamente un pronóstico para el futuro. Y quien busca va a buscarla precisamente en lo ya hecho.

Giovanni Anceschi, L’oggetto della raffigurazione, 1992.

Con este espíritu me acerqué al conocimiento de Scilla Meccanica cuando, en 2012, fui llamado a contribuir profesionalmente, como arquitecto, a la transformación de una empresa proyectada hacia la dura comparación con los mercado globalizados del nuevo milenio.

El logo: cómo era

La primera iniciativa fue precisamente observar cuidadosamente el logotipo existente, investigando cuáles eran los estímulos comunicativos que lo habían originado, independientemente del juicio personal sobre la fuerza del impacto emocional estético.
Como en la mayoría de las pequeñas empresas que crecieron con la urgencia de hacerlo en los años ’80, la identificación a través de un logotipo no respondía realmente a una necesidad comunicativa, sino que, en la mayoría de los casos, representaba una especie de oropel administrativo para los membretes. Un signo distintivo, a menudo estimulado per el contable, adaptado a los usos más variados: desde los documentos de transporte de las mercancías hasta la cinta adhesiva para sellar los embalajes.
Lo que siempre he percibido, en la cultura extendida y espontánea de las pequeñas y medianas empresas de producción de Brescia, es la falta de un enfoque de identidad hacia su logotipo. Ese sentido de pertenencia ideológica que debe llevar a la empresa a cuidarla, protegerla y difundirla de manera más adecuada y cualificada. Precisamente porque representa la esencia misma de la identidad empresarial: quiénes somos, qué hacemos, qué nos distingue y qué valores nos impulsan.
En general, el ejercicio compositivo de una marca en campo metalmecánico siempre se ha resuelto en el logograma más o menos elaborado de acrónimo de empresa. Dos o tres letras apuntadas, típicamente derivadas de las iniciales del nombre del fundador o de los apellidos de los socios.
En el caso del pictograma, en cambio, era generalmente explícito el intento de traducir gráficamente el producto típico o el proceso manejado per la empresa. Hay muchos ejemplos de logotipos, de empresas que trabajan en el campo de la metalurgia, que giran en torno al simbolismo elemental de  virutas, engranajes, tornillos, hélices, figuras geométricas simples, etc.
El logo original de Scilla Meccanica no se apartaba mucho de este enfoque, pero le reconocí un potencial evocativo que había que explorar, liberar y amplificar.
Se presentaba como combinación de un elemento logogramático – la inscripción Scilla Meccanica – y de un elemento pictográfico: dos serpentinas superpuestas a planos escalonados que, supongo, referían al dinamismo de los cojinetes en las orugas de las excavadoras, antes que a los cilindros de un laminador. Quizás también se podía ver la extirpación de virutas. Pero lo que me ha impresionado y estimulado, es el dinamismo de este detalle. No parece estático. Desafortunadamente fue concebido como un simple factor decorativo: una tilde sobre una desproporcionada y elaborada inscripción con un Font ya anticuado, asociado al gusto “neón” de los años 80 y 90.
La elección bicromática supongo fue una referencia explícita al territorio de Brescia. El blanco y el azul es el estandarte de la ciudad de Brescia.
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El anterior logo de Scilla Meccanica, antes de 2012

El logo: cómo se convirtió

Hay líneas que son monstruos: la línea recta, la serpentina regular, sobre todo dos paralelas. Cuando el hombre las aplica, los elementos las corroen. Los musgos y los accidentes corrompen las líneas rectas de sus monumentos. Una línea sola no tiene significado; se necesita una segunda para darle expresión. Este es un gran principio. Ejemplo: en los acordes musicales una nota no tiene expresión. Dos juntos hacen un todo, expresan una idea.

Eugène Delacroix, Journal

Entiendo que la fuerza no expresada de la marca puede liberarse disolviendo la clara separación de los dos elementos: el logograma y el pictograma pueden interactuar para hacer explotar un extraordinario valor evocador.
La clave está en el nombre: Scilla Meccanica.
¿Por qué esta empresa se llama así? Meccanica parece obvio. Scilla, en cambio, ¿de qué se origina? Esta es la pregunta principal a la que había que responder, abriendo un escenario para mi realmente sugestivo.
Aprendo que la elección del nombre Scilla fue un homenaje a la famosa localidad turística, situada en un promontorio en la entrada septentrional del Estrecho de Messina, en la provincia de Reggio Calabria. Después de un viaje de verano juvenil, esta localidad se ha convertido en el lugar del corazón del fundador de la empresa Franco Bezzi y de su esposa Angelina.
Quien ha tenido la suerte de conocer estos lugares, sabe cuánto encanto y perfume de antiguas culturas se respira al visitarlos. Estos son precisamente los lugares de la Magna Grecia: “Los orígenes son muy antiguos, confundidos entre la mitología, la historia, la leyenda y las imagines poéticas alimentadas por milenios por la sugestión del ambiente natural” _Desde Wikipedia, la enciclopedia libre, Scilla (Italia), historia.

De ahí viene la señal evocadora:
Scilla es la ninfa de la mitología griega, transformada por celos per Circe en un monstruo marino con seis cabezas de perro y largas colas de serpiente.
Homero en la Odisea, Ovidio en las Metamorfosis y Virgilio en el Eneida cuentan de este monstruo que, junto con Caribdis, representaba una temible guarnición para los navegantes en el Estrecho de Messina.
Puede parecer un detalle superfluo, pero me sorprendió recordar que el motivo de los celos de Circe era el amor del dios del mar Glaucus por la ninfa Scylla. Por mi nombre se puede entender por qué el tema me apasionaba mucho.
La ninfa Scilla
Scylla monstruo marino, placa de terracota, de Melos
460–450 a.C. - Londres, British Museum © Dominio público
Vista del promontorio de Scilla, que se extiende sobre el estrecho de Messina, con el castillo Ruffo de Calabria
El acto creativo fue inmediato: dar una connotación zoomorfa a la marca Scilla Meccanica, transformando la inexpresividad metálica de tres casquillos alienados, en la potencia evocadora de una lucha marina entre dos serpientes.
La ondulación asume un doble nivel de lectura: las olas del mar tormentoso y los cuerpos sinuosos de dos monstruos enredados. La evocación del mito se hace explícita y surgen referencias a valores, tanto cualitativos como conceptuales, que encontramos soberbiamente expresados en famosas marcas zoomorfas: pensemos en la potencia expresada por el caballo de Ferrari, en la energía suplementaria del perro de 6 patas de Eni, al sentido de confianza y seguridad en el vuelo de la cigüeña de Lufthansa, la agilidad felina en el logotipo de Puma y muchos otros ejemplos.
Se manifiesta, pues, el gran principio, de Delacroix, del doble componente armónico como expresión necesaria de una idea: he aquí el ondulante entrelazamiento de dos serpientes que se convierte en poesía en la danza de dos bailarines, o rudeza en el desafío entre duelistas. Referencias metafóricas a la capacidad de una empresa para aceptar el desafío de un mercado en rápida evolución. Haciendo de la flexibilidad, del dinamismo y del problem solving, las mejores expresiones de un servicio orientado a satisfacer las necesidades del cliente.
El mar en tempestad y los monstruos siempre han representado los miedos de lo desconocido. Los mismos temores por los que, según Plutarco, Cneo Pompeyo se encontraba exhortando a sus marineros, reacios os a zarpar, con la famosa frase: “Navigare necesse est, vivere non est necesse”. Frase que, precisamente, “tradicionalmente se cita para indicar el desprecio por las necesidades contingentes y la exaltación de otros ideales.” _De Wikipedia, la enciclopedia libre, Navigare necesse est, vivere non est necesse.
Así es como la empresa Scilla Meccanica encuentra su impulso en el ánimo de progresar, en el valor de una transformación orientada a la mejora continua de las técnicas y del conocimiento.
La reelaboración de la marca termina con el redimensionamiento de las proporciones de la inscripción Scilla Meccanica, dejando prevalecer su peso evocador y ejercer de proscenio para el pictograma.
La fuente elegida es el Gill Sans. Un carácter sin gracia de tipo Humanist, concebido en 1926 pero de gusto muy contemporáneo. Las necesidades de visualización en pantalla para la web han hecho que sea preferible el uso de las fuentes Sans serif.
El color azul se hizo más fuerte con la adopción de un azul RAL 5002. Un azul de mar profundo, que rinde homenaje a los tradicionales trajes azules del mundo de la metalmecánica y supera el concepto de realidad provincial, refiriéndose a una extensión territorial más ampliamente representada por la bandera azul de la Unión Europea.
Por último, el trabajo de team building emprendido por Scilla Meccanica, que en los últimos años se ha convertido en dogma imprescindible para cualquier empresa orientada a la optimización de los procesos, encuentra en la conjugación de significado entre el logograma y el pictograma el origen mismo de su fuerza aplicativa. Un team working simbólico que proyecta la marca Scilla Meccanica más allá de los límites del lugar y del mito.

 

 

 

 

 

Glauco Pigoli architetto

 

Glauco Pigoli

arquitecto - gestor de proyectos